EDITORIAL DE JULIO-Por Jorge Pedro Rebagliatti

Ciertamente y con el correr de los años, uno va aprendiendo y entendiendo algunas posturas de los delegados del personal independientemente de la actividad a la que se dedique cada empresa, ya sean industriales o de servicios.
He aprendido que los extremos en todo sentido tienden a unirse y que el poder sindical resulta ser pendular en función de los gobiernos de turno, pero algo que esta muy claro es que se trata de un mal necesario. Pues donde no exista presencia de un gremio, generalmente y solo generalmente se puede observar cierto abuso por parte de la patronal.
Por suerte, y con el correr de los años en esta actividad, he tenido la dicha de aprender que el primer representante de los trabajadores debe ser la empresa por intermedio de una política de la dirección de las empresas coherente con los principios fundamentales de respeto, y dignidad de los empleados, que para exigir primero se debe dar, siendo recursos humanos el responsable de velar para que las necesidades del personal sean conocidas y atendidas a tiempo, estando o tratando de estar siempre un paso delante de ellas. porque de lo contrario estaremos cediendo terreno, y entregando a otro el accionar con nuestros recursos humanos.
Los responsables de cada gerencia, área o sector son los primeros que deben alertar que esta pasando con sus empleados, atendiendo sus necesidades y problemáticas.
La actividad gremial resultará ser en algunas empresas como el gas, (entiéndase el ejemplo) ocupará el espacio que se le permita ocupar, a modo de ejemplo un globo o una habitación, el gas se expandirá en todo el volumen existente. Si no tenemos la visión de «compartir» estos espacios en una buena y sana convivencia entre los representantes de los trabajadores y la empresa, en este caso recursos humanos, relaciones laborales o como se desee llamar al área de la empresa que se ocupe de atender los reclamos, necesidades y propuestas de estos.
Una sana convivencia permitirá tener buen dialogo, resultados, negociaciones que permitan satisfacer a ambas partes (gana-gana) y haciendo de estos socios de los intereses de la empresa, del personal y del bien común.
Así pues, la responsabilidad social empresaria (RSE) bien concebida y bien entendida se inicia con el cumplimiento estricto de las leyes laborales, el contrato de trabajo y todos los convenios asumidos en favor de los trabajadores, de adentro hacia afuera de la empresa.
Los empleados de la empresa pertenecen también a la sociedad donde se convive, sus hijos asisten a establecimientos educacionales donde se puede tener una imagen distorsionada de la empresa, ya que la relación con los empleados no termina dentro de los límites de autoridad de la compañía, sino que llega a la familia de cada trabajador, y por ende a la comunidad en pleno.
Así entonces como sean tratados los trabajadores, como se cumplan o no con las leyes, con los principios establecidos por la dirección de la empresa, cumpliendo con la misión, visión y valores establecidos se podrá asegurar una fidelización del personal, la identidad, pertenencia y orgullo de pertenecer dependerá entonces de como nos conduzcamos con la gente que trabaja y con sus representantes, ya que el éxito o fracaso dependerá de cuan comprometidos estemos en trabajar para el bien común.