Tomémonos unos minutos y pensemos.
Se preguntaron alguna vez que es lo que hacemos durante todo el día en nuestra relación con los demas?
NEGOCIAMOS
Negocia el bebe con la mamá cuando llora porque tiene hambre. Si me das la teta no lloro más.
Y desde ese primer momento pasaremos negociando el resto de nuestras vidas en casa, en el trabajo y en cada ámbito donde interactuemos con otros.
Y en ese perpetuo negociar a veces “ganaremos” y a veces “perderemos”.
Y cuantas veces nos detenemos a preguntarnos por las causas del resultado?
Depende de nosotros?, depende de los otros? O depende de ambos?
Como seres emocionales que somos tenemos que conocernos a nosotros mismos y también comprender como son los otros. O sea cual es “nuestro ser como negociadores”.
Y esto va más allá de las técnicas que apliquemos.
Esto está íntimamente vinculado con lo más profundo de nosotros como seres humanos.
Por un instante apaguemos los celulares, dejemos de lado las “Urgencias”, las ansiedades, y dediquemos a reflexionar.
Y como decía el inolvidable Peter Drucker, más tiempo invertido en planificar y reflexionar, menos tiempo en ejecutar.
